Recientemente surgió una gran controversia respecto a los alimentos transgénicos. Esto luego de que el gobierno mexicano se pronunciara en contra de la importación de maíz genéticamente modificado, al no existir evidencia de que dicho alimento no es dañino para la salud de los consumidores.
Pero, ¿qué son los alimentos transgénicos? ¿en realidad son malos? ¿por qué surgieron en primer lugar?
Los alimentos transgénicos, conocidos formalmente como Organismos Modificados Genéticamente, están compuestos por uno o varios genes diferentes que naturalmente no tienen. De acuerdo con Andrea Calderón, nutricionista de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación, uno de los objetivos principales para el cultivo de estos era reducir el hambre y la desnutrición en el mundo a partir de la optimización de determinados nutrientes.
Los cultivos transgénicos también son modificados para que puedan sobrevivir a las plagas o sequías, así como resistir el efecto de algunos herbicidas. Al respecto, en 2020 en México se emitió un decreto para que en 2024 se implemente la prohibición de transgénicos y glifosato, que es el herbicida utilizado para algunos cultivos, pues se argumenta que estas sustancias provocan daños a la salud.
Algunos de los herbicidas presentes en este tipo de alimentos son el glufosinato de amonio, el cual ha sido vinculado con toxicidad neurológica, respiratoria, gastrointestinal y hematológica, así como a defectos congénitos en personas y mamíferos; y el glifosato, a partir del cual se han registrado trastornos de funciones fisiológicas luego de una exposición a éste en niveles normales.
De acuerdo con datos de la Comisión de Autosuficiencia Alimentaria del Senado, entre los riesgos de los alimentos transgénicos también está el aumento a la resistencia de antibióticos y la alteración e inestabilidad de sus genes, lo que puede originar el surgimiento de toxinas que provoquen nuevas alergias.
Si bien muchos expertos, como Andrea Calderón, aseguran que los productos transgénicos son seguros para el consumidor y no provocan ningún riesgo a su salud, por otro lado se sostiene que, además de los peligros para la salud de las personas, la liberación de ellos daña la flora, fauna y elementos naturales como el agua y el suelo al utilizar herbicidas y fertilizantes.
Actualmente, no existen estudios a largo plazo que demuestren que los alimentos transgénicos no son peligrosos para la salud, así como tampoco hay evidencias certeras de que lo sean.
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