Seguramente es la primera vez que escuchas la palabra “malanga” y no te culpo, ya casi nadie le llama así, muchos lo conocen como “taro”, y a lo mejor esa palabra te suena más por la popularidad que últimamente han tenido helados y bebidas; el mismo ingrediente que le da un peculiar color morado a los alimentos. Sabemos que tienen buen sabor, pero, ¿alguna vez te has preguntado qué es o de dónde proviene la malanga?
¿Qué es la malanga?
Es un tubérculo que, así como la papa o el camote, también se extrae del suelo. Existen diferentes variedades de este producto, pero el más común el que tiene una textura muy parecida a la de una jícama por fuera, con un centro blanco y suave por dentro, pero a diferencia de esta, la malanga tiene pequeñas manchas púrpuras por dentro, que es lo que tiñe a los alimentos de ese tono morado. La planta tarda aproximadamente 7 meses en cultivarse, ¡imagínate cuántos nutrientes recolecta del suelo en todo ese tiempo! Es por eso que sus propiedades son envidiables y se usa para una infinidad de recetas de cocina.
Beneficios
La malanga es un alimento súper nutritivo, contiene grandes cantidades de vitamina A, C, E y B6; también ayuda a aportar mucha fibra dietética en tu alimentación diaria, ya que una porción de este tubérculo puede proporcionarte más de la que es recomendada.
Es por su alto contenido en vitaminas y minerales que aporta muchos beneficios al cuerpo, tales como mejorar el sistema inmunológico, ayuda a mejorar la digestión por la fibra que contiene, regula los niveles de azúcar en el cuerpo y es bueno para la salud cardiovascular, ayudando a tener una mejor circulación de la sangre.
¿Cómo se consume?
Existen varias alternativas para consumir este alimento súper versátil y en Estado Natural puedes encontrar opciones deliciosas y saludables, como las chips de malanga adobadas o con limón. Son una excelente alternativa a las papas tradicionales gracias a su bajo contenido de sodio y grasas saturadas. Además, las puedes acompañar con cualquier comida y son ideales para esos antojos repentinos, ¡pruébalas ya!
